La comercialización de la hipotecas multidivisa se llevó a cabo por parte de las entidades financieras destacando las ventajas que suponía reducir el tipo de interés pero ocultando el riesgo de apostar contra la devaluación del euro. Cuando el euro baja respecto a la divisa a la que se referencia el préstamo, el cliente acaba pagando cantidades desorbitadas
Este tipo de hipotecas funciona del siguiente modo: el cliente contrata la hipoteca en euros pero las cuotas y la cantidad a amortizar se recalculan periódicamente en la divisa elegida
(yenes, francos suizos…).
Su banco debería haberle informado de los riesgos propios de este producto cuya complejidad excede a la de una hipoteca al uso.
Por ello los tribunales dan la razón a los clientes demandantes, ya que entienden que este producto financiero es un derivado y por tanto está sujeto a la normativa que regula los deberes de información y transparencia de las entidades bancarias.